El jardín de Leota fue una vez un lugar lleno de belleza, donde las flores florecían y la esperanza prosperaba。 Era su refugio de las heridas profundas que infligió una devastadora guerra。 Era su santuario, donde ella se arrodillaba ante un amoroso Dios y oraba por los hijos que no podían entender los sacrificios silenciosos que había hecho ella。
Ahora, a sus ochenta y cuatro años, Leota Reinhardt está sola, y su preciado jardín está en ruinas。 Todo esfuerzo que ha hecho por reconciliarse con sus hijos adultos ha sido en vano, y ella le expresa su desesperanza a un Padre amoroso, su único amigo。
Dios entonces trae el cambio por medio de lo improbable: un estudiante universitario con sus propios planes, quien cree saberlo todo, y una nieta que Leota nunca esperó conocer。 Pero, antes de que se le acabe a ella el tiempo, ¿puede repararse la devastación que ha causado el guardar dolorosos secretos familiares?